"Expresiones con historia: lo que decimos sin saberlo"


 "Expresiones con historia: lo que decimos sin saberlo"

¿Sabías que muchas de las expresiones que usamos a diario tienen orígenes fascinantes? A menudo ocultos en episodios históricos, creencias antiguas o curiosas tradiciones. En esta entrada, te invito a descubrir las historias detrás de 25 expresiones que quizá usas sin saber de dónde vienen. ¡Prepárate para un viaje lingüístico al pasado!

3,2,1... ¡ALLÁ VAMOS!



1. Salvarse por los pelos

Esta expresión proviene del siglo XVII y hace referencia a los naufragios. Cuando alguien caía al agua y no sabía nadar, muchas veces era rescatado de forma desesperada, agarrándolo por el cabello. Literalmente, se salvaba "por los pelos". Esta expresión fue popularizada en Europa en el siglo XVII, aunque la metáfora del cabello como último recurso ya existía antes.


2. A ojo de buen cubero

Esta expresión surge en España alrededor del siglo XV o XVI. En el siglo XV, los "cuberos" eran artesanos que fabricaban barriles para almacenar líquidos como vino o aceite. Para calcular las medidas, muchos usaban su experiencia y “buen ojo”, ya que los instrumentos de medición precisos no eran comunes. De ahí surgió la expresión para indicar una aproximación basada en la práctica y no en datos exactos.


3. Quedarse sin blanca

En el siglo XV, la “blanca” era una moneda de bajo valor en Castilla, fabricada en cobre y revestida con plata. Cuando alguien decía que estaba "sin blanca", quería decir que no tenía ni la moneda más básica. Surgió en la España de finales del siglo XV, cuando la blanca dejó de acuñarse y pasó a usarse como símbolo de pobreza.


4. Tener más vidas que un gato

Esta expresión se remonta a la época medieval. En aquella época, los gatos eran muy valorados por su capacidad para cazar plagas y su aparente habilidad para sobrevivir a caídas o accidentes. La creencia de que los gatos tenían “nueve vidas” surgió de la observación de su resistencia, junto con supersticiones asociadas a su vínculo con la brujería. Los registros de esta frase se encuentran desde el siglo XIII en Europa.


5. De punta en blanco

Esta expresión se hizo popular en Europa durante el Renacimiento, especialmente en los siglos XVI y XVII. En el siglo XVI, los caballeros que iban a la guerra vestían su mejor armadura para impresionar al enemigo y a sus compañeros. El “blanco” hace referencia al metal brillante y pulido de sus armas y armaduras. Con el tiempo, esta expresión pasó a significar estar vestido impecablemente.


6. Dormir como un lirón

Su origen data del Imperio Romano, pero se consolidó como frase común en la Edad Media. En la Antigua Roma, el lirón (un roedor pequeño) era conocido por hibernar durante largos períodos. Los romanos observaron este comportamiento y comenzaron a asociarlo con el sueño profundo y prolongado. La expresión se extendió por Europa durante la Edad Media.


7. Costar un ojo de la cara

La frase tiene varias teorías, pero una de las más curiosas la vincula con el conquistador español Diego de Almagro, quien perdió un ojo en una batalla durante la conquista de América (siglo XVI). Posteriormente, comentó que le había "costado un ojo" el esfuerzo por conseguir sus objetivos. Se data sobre el siglo XVI, vinculada a las conquistas en América.


8. Tirar la casa por la ventana

Durante el siglo XVIII en España, los ganadores de la Lotería Nacional celebraban su suerte tirando objetos desde las ventanas de sus casas para simbolizar que ya no los necesitaban, ahora que eran ricos. Surgió a finales del siglo XVIII, con la creación de la Lotería Nacional en 1763.


9. Se armó la gorda

Esta expresión fue documentada en España a principios del siglo XX. En 1910, una activista llamada Gorda Hernández lideró una revuelta en Madrid en contra de la subida de impuestos. Su protesta se volvió violenta y caótica, dando lugar a esta expresión para referirse a un gran alboroto o conflicto.


10. Matar el gusanillo

Esta expresión es popular desde el siglo XIV en Europa. En la Edad Media, se creía que el hambre era causada por un pequeño gusano en el estómago que podía ser "apaciguado" al comer algo. Aunque hoy sabemos que no es cierto, la frase sobrevivió como una forma de referirse a calmar el hambre.


11. A todo trapo

Esta expresión proviene del mundo náutico. En los siglos XVI y XVII, cuando los barcos querían avanzar a máxima velocidad, desplegaban todas sus velas, conocidas como “trapos”. Pasó a usarse para describir cualquier acción hecha con gran lujo o esfuerzo.


12. Poner a alguien en un pedestal

En la Antigua Grecia y Roma, las estatuas de los dioses o héroes se colocaban sobre pedestales para mostrar su grandeza y elevarlos por encima de los mortales. La frase evolucionó para significar otorgar admiración exagerada a alguien. Fue popularizada en la época clásica, pero extendida como metáfora desde el Renacimiento.


13. Salirle rana

Proviene de una fábula popular española donde un joven intenta atrapar un pez en un estanque, pero lo que saca es una rana. La expresión se usa para hablar de decepciones o resultados inesperados. Fue documentada en la literatura popular del siglo XVIII.


14. Estar a la cuarta pregunta

En el siglo XIX, en contextos legales y económicos, los tribunales españoles realizaban interrogatorios de cuatro preguntas estándar a las personas en bancarrota. Estar "a la cuarta pregunta" significaba no tener absolutamente nada.


15. No dar el brazo a torcer

Esta expresión nace de la Edad Media, entre los siglos XII y XIV. En la lucha medieval, especialmente en justas o duelos, doblar el brazo significaba rendirse. Por ello, “no dar el brazo a torcer” representaba a alguien que no se rendía o cedía, incluso ante la presión.


16. No hay tu tía

Esta expresión se remonta al siglo XVI y está relacionada con la medicina popular de la época. No tiene nada que ver con una “tía” familiar. Proviene de la palabra “atuntía” o “untía”, que hacía referencia a un tipo de ungüento medicinal usado para curar enfermedades en la España medieval. Cuando ya no había remedio posible, se decía que “no hay atuntía”. Con el tiempo, se deformó la pronunciación y quedó como “tu tía”.


17. Estar entre la espada y la pared

Se remonta a las justas y combates medievales de la Edad Media, entre los siglos XIII y XV. Un luchador que quedaba atrapado entre la espada de su oponente y una pared no tenía escapatoria. También se relaciona con las corridas de toros, donde los toreros quedaban atrapados en situaciones peligrosas.


18. Dar en el clavo

Surge del oficio de carpintero. Lograr que un clavo entre correctamente en la madera era un signo de habilidad y precisión. Si fallabas, podías dañar la pieza, lo que hacía que acertar “en el clavo” fuese una tarea importante. Se popularizó como metáfora en el Renacimiento (siglo XVI), aunque el oficio de carpintero es mucho más antiguo.


19. Poner las cartas sobre la mesa

En los juegos de cartas, especialmente en las apuestas, mostrar las cartas en la mesa implicaba sinceridad y transparencia, evitando cualquier sospecha de trampa. Esta práctica era común en los casinos y reuniones sociales desde el siglo XVIII. Fue popularizada en Europa a partir del siglo XVIII, con el auge de los juegos de azar.


20. Meter la pata

Proviene del lenguaje taurino. En las corridas de toros, si el animal metía una pata entre las tablas de la plaza, quedaba en una posición peligrosa y vulnerable, lo que simboliza un error grave. La expresión se data en el siglo XVIII, vinculada a la tradición taurina española.


21. Hablar sin pelos en la lengua

Surge en la Edad Media, entre los siglos XIII y XV, cuando las metáforas relacionadas con el cuerpo eran comunes. Esta expresión tiene su origen en metáforas medievales. Se creía que “tener pelos en la lengua” simbolizaba obstrucción, miedo o incapacidad para hablar con claridad. Por el contrario, hablar "sin pelos" indicaba franqueza y valentía.


22. Ir al grano

Durante el comercio medieval, los compradores de cereales querían evitar conversaciones innecesarias y centrarse en negociar el precio del grano, que era lo esencial. Con el tiempo, esta idea de ir directamente al asunto se volvió una metáfora común. Se data en torno al siglo XV, especialmente en Europa rural.


23. Dormirse en los laureles

Esta metáfora se enmarca en la Roma Antigua y fue popularizada en la literatura renacentista (siglo XVI). En la Antigua Grecia y Roma, los laureles eran un símbolo de victoria y honor. Sin embargo, si un ganador se confiaba demasiado en sus logros pasados y no seguía esforzándose, se decía que estaba “durmiéndose en los laureles”.


24. Poner los cuernos

Esta expresión tiene varios posibles orígenes, pero uno de los más aceptados proviene de la Edad Media, especialmente entre los siglos XII y XV. Los señores feudales colgaban cuernos en las puertas de los maridos de las mujeres con las que habían tenido relaciones, simbolizando burla y traición.


25. Salvado por la campana

Aunque esta frase se asocia al boxeo, su origen es más antiguo y macabro. En el siglo XVIII, se colocaban campanas conectadas a ataúdes mediante cuerdas para evitar que alguien fuera enterrado vivo. Si alguien despertaba bajo tierra, podía tirar de la cuerda y salvarse. La expresión fue popularizada en Europa en el siglo XVIII, aunque las campanas de emergencia se usaban incluso antes.

 

A través de estas expresiones, podemos ver cómo el lenguaje es un reflejo de la historia, las costumbres y las creencias de las épocas pasadas. Cada frase que usamos lleva consigo un pedazo de cultura y una historia fascinante que, en muchos casos, ha sobrevivido al paso del tiempo. Al entender el origen de nuestras palabras, no solo enriquecemos nuestro vocabulario, sino que también conectamos con los momentos históricos que han dado forma a nuestra forma de comunicarnos. Así que, la próxima vez que uses una de estas expresiones, recuerda que estás, sin saberlo, repitiendo una historia que ha viajado a través de los siglos.


Álex González Pose

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