DESASTRES NATURALES QUE CAMBIARON LA HISTORIA
Los desastres naturales no solo suponen devastadores efectos materiales y humanos, sino cambios en el rumbo de la historia, suponiendo un punto de inflexión para la sociedad. Con la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ocurrida en la Comunidad Valenciana, todos/as hemos reflexionado acerca de la magnitud de este tipo de eventos, buscando soluciones como el uso de los dispositivos móviles para emitir emergencias nacionales, con el fin de disminuir al máximo las consecuencias de estos sucesos. No obstante, su gestión no siempre resulta exitosa, por lo que debemos aprender y anticiparnos para mejorar la eficacia de los procedimientos ejecutados.
Podemos incluso remontarnos a catástrofes muy lejanas en la línea temporal, tales como la erupción en el Imperio Romano del monte Vesubio (79 d.C.), el cual sepultó las ciudades de Pompeya y Herculano bajo toneladas de ceniza volcánica, dejando miles de víctimas mortales. Este evento nos alertó de la necesidad de aprender a interpretar las señales de los volcanes antes de erupcionar, con el fin de evitar tragedias similares.
Acercándonos más al presente, destaco el terremoto de Lisboa (1755), uno de los más devastadores de Europa, el cual siguió con un tsunami y graves incendios que resultaron en miles de fallecidos y gran parte de la ciudad destrozada. La lección tras este acontecimiento fue la importancia de construir infraestructuras resistentes a este tipo de catástrofes.
Finalmente, me gustaría recordar el huracán Katrina (2005), el cual causó miles de fallecidos y desplazados, lo cual abrió un debate acerca de la ineficaz gestión de los servicios de emergencia. Más adelante, se comenzó a dar una mayor importancia a la formación del personal relativa a las actuaciones a seguir en catástrofes, garantizando una protección superior a los ciudadanos.
-Laila Dahia
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