ENSEÑAR CON EMPATÍA

No es un secreto para nadie que la historia está llena de momentos complicados: guerras, injusticias, genocidios... A la hora de abordar estos temas con niños/as, nos sentimos paralizados y desorientados, pero lo cierto es que gracias a ellos, progresamos como sociedad, evitando cometer los errores del pasado, desarrollando valores como la empatía, el respeto y la tolerancia.

Como futuros/as docentes, debemos enfrentarnos a estos momentos sensibles de la historia, mediante un vocabulario adecuado, en el que intentemos simplificar al máximo los conceptos más difíciles de comprender, por ejemplo, utilizando ilustraciones o vídeos educativos. Asimismo, en mi opinión, resulta muy efectivo analizar testimonios de individuos que hayan vivido momentos clave de la historia, o bien, conozcan las vivencias de otras personas cercanas. De esta manera, logramos que los temas sean más accesibles, favoreciendo una mayor empatía, curiosidad y motivación por parte de los discentes. Además, nos alejamos de las clases magistrales en las que los alumnos/as observan el nombre de acontecimientos como la "Segunda Guerra Mundial", plasmados en un libro de texto, sin la posibilidad de imaginar más allá de lo redactado. Gracias a los testimonios, pueden contemplar los gestos, miradas y acciones de los demás. Incluso, podemos emplear el uso de películas como "El niño con el pijama de rayas" o el libro "Diario de Ana Frank", materiales que nos permiten conocer el Holocausto. De igual manera, tenemos que ofrecer a los estudiantes un espacio cálido, agradable y seguro, en el que expresen sus pensamientos e ideas libremente, dando lugar al debate. Esto, permite que se desarrolle una sensación de reflexión, en vez de miedo. 

En conclusión, tenemos que impulsar a los educandos a enfrentarse a estos acontecimientos, con el fin de que, en el presente, sean ciudadanos responsables, con un extenso pensamiento crítico, preparados para los desafíos del mundo actual. 

-Laila Dahia.