Las que faltaron
Las que faltaron - mafalda
La historia ha sido, durante siglos, narrada desde una perspectiva que invisibiliza a muchas de sus protagonistas. Esta canción es un grito de denuncia que pone sobre la mesa una realidad incómoda: las mujeres que fueron silenciadas, borradas o ignoradas en los relatos históricos oficiales. Pero más allá de ser solo una reivindicación musical, esta canción nos invita a reflexionar sobre el papel que juega la memoria en la construcción del pasado y cómo la historia sigue siendo un campo de batalla donde la lucha feminista busca justicia y reconocimiento.
Cuando miramos los libros de historia, encontramos un predominio de nombres masculinos. Reyes, conquistadores, filósofos y políticos ocupan la mayor parte de las páginas, mientras que las mujeres suelen quedar relegadas a notas al pie o a figuras excepcionales que "desafiaron su tiempo". Pero, ¿acaso no hubo mujeres luchando en revoluciones, liderando pueblos, escribiendo tratados o transformando sociedades? La respuesta es evidente: sí, pero muchas de ellas fueron invisibilizadas o sus contribuciones minimizadas.
De eso trata Las que faltaron de las historias no contadas, los nombres que no aparecen en los monumentos, las voces que no fueron escuchadas. La omisión de estas mujeres no es casualidad, sino el resultado de un sistema patriarcal que ha determinado qué merece ser recordado y qué no.
Esto conecta con una pregunta fundamental: ¿quién escribe la historia y desde qué perspectiva? Durante siglos, la historiografía ha sido dominada por hombres y ha reproducido narrativas en las que las mujeres han sido figuras secundarias. Sin embargo, en los últimos años, la historia feminista ha puesto el foco en recuperar estos relatos y reescribir el pasado desde una perspectiva más inclusiva.
Uno de los versos más impactantes de la canción hace referencia a un problema que no es solo histórico, sino profundamente actual: la violencia de género y los feminicidios. Esta línea nos recuerda que no solo faltan en los libros de historia las mujeres del pasado, sino también las del presente, aquellas cuyas vidas fueron arrebatadas por el machismo.
No es solo un reclamo por la memoria, sino también un grito de justicia, nos obliga a preguntarnos qué estamos haciendo para que en el futuro no falten más nombres y cómo podemos garantizar que las mujeres de hoy no sean olvidadas como lo fueron muchas en el pasado.
La historia no es neutral. Siempre ha sido escrita desde una perspectiva que favorece ciertos relatos y silencia otros. La historia aún tiene deudas pendientes y que es nuestra responsabilidad reconstruirla de manera más justa y equitativa. Porque recordar no es solo un acto de memoria, sino también una forma de resistencia.Y mientras sigan faltando nombres en los libros de historia, habrá voces que los canten.
Pd: Fosa 111
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