Miña amada Galiza
El Eco de un Pasado que No Debemos Olvidar Para mí es inevitable no pensar en estos tiempos en mi tierra. No puedo evitar sufrir con el panorama social que nos envuelve y que día tras día nos alerta con el peor de los temores: el olvido. Siento pena por pertenecer a la minoría, desde mi punto de vista, a la minoría privilegiada. Pero sí, siento pena, de que mis iguales no sientan el mismo compromiso que yo con la tierra que les dio la vida. Yo soy hijo de una aldea, no distingo a la familia de sangre de mis hermanos aldeanos. Mi lengua destacó siempre por su riqueza expresiva, cientos de palabras inexistentes en otras lenguas que hablan de cosas que solo nosotros comprendemos. Su melodía no es ronca, quien así lo piensa jamás lo escuchó hablar. Está lleno de palabras hermosas: (doces, meixelas, bágoa, xeito, lúa, agarimo, foliada, fogar, brincos...). Aunque entiendo que es difícil encontrar su belleza si no sientes la ternura de quien antes las hizo sonar. Sin embargo, nos quieren hace...